martes, julio 12, 2011

SANZ, YO Y MI OTRO YO (2da Parte)


Las poesías y las canciones nacen en la más absoluta soledad, pero siempre encuentran cómplices según los entendidos. Y esos cómplices somos nosotros, quienes las escuchamos y las hacemos nuestras, quienes buscamos en estas historias un poco de nuestra vida, quienes a escondidas tarareamos sus acordes para recordar algún momento ya vivido. Así somos y así seremos. Es una verdad absoluta y comprobada.

Este nuevo post es sobre otra canción que me atormenta (otra vez) mis noches de insomnio, tan comunes que me parece repetitivo comentarlas aquí, entonces digamos que es una noche más en la que posiblemente mi cuerpo esté divirtiéndose y cantando a voz en cuello en un pub alejado del ruido de la ciudad mientras que mi mente está a años luz de allí marcando mentalmente un número al vacio o buscando entre mis recuerdos, una respuesta a todos mis tormentos.

Esta canción es (si, otra joyita de Mr. Sanz) ¿Lo ves? Y digo: que obsesión con las canciones en forma de pregunta ¿verdad? Mera coincidencia o fruto del destino ¿Quizá tengo alguna en la mente pero por temor no la he formulado a la persona correcta? Pero bueno después de conversar sobre lo no dicho y de (re)pensar en lo que ya no quería, era justo y necesario que escribiese una vez más para terminar con mis demonios, para continuar caminando. Again.

Nuestro amor era igual que una tarde de abril que también es fugaz como ser feliz, pudo ser y no fue por ser la vida como es, nos dió la vuelta del revés. Bueno, muchas canciones e historias de amor empiezan en abril ¿no? Porque no terminar una en esta fecha para quitarle ese matiz de mes emblemático del amor. Las tardes de abril son cálidas pero nuestras palabras pueden ser más frías que este invierno en la ciudad, el amor es fugaz en la medida que le permitimos fugarse e irse por allí de farra al olvido, al más allá. Pudo ser y ya no será porque escuche en ti una seguridad que antes no percibí y que me dijo: definitivamente tienes que dejar(me) ir …. Just let it go.

Nuestro amor era igual que una mañana sin fin, imposible también como no morir. Pero todas las historias terminan, todos los libros de cuento acaban y nada dura para siempre como dice la canción. Creo que tu corazón es alérgico a mí ahora, alérgico a soñar. ¿Sabes porque no te cuento muchas cosas? Porque ya no curaré tu soledad cuando duermas, ya no estaré para escuchar tus historias, porque tienes miedo de sentir y perdimos los dos. Porque ya no soy yo, eres tú.

Dejó de ser o será porque el diablo es como es, juega contigo al esconder o porque tal vez dejamos que muriera, porque no hablamos de todo lo ocurrido para buscar una solución como ahora está pasando pero tal vez es ya demasiado tarde y si debió ser así siempre no quisimos que este sentimiento muriera no forma parte de la solución, solo del recuerdo, del recuerdo que nos hizo pensar que (aún) había amor durante estas últimas semanas. Y lo sabes.

¿Qué estamos haciendo? Solamente pensaremos que dejó de ser sin más, solamente lamentaremos nuestra (mala) suerte y no haremos nada por él. Será culpa del diablo o de nosotros mismos que preferimos pensar que es un castigo y no una oportunidad, tal vez la última.

Lo ves, lo ves. No veo nada, no entiendo nada a estas alturas de mi vida como bien te dije bajo la luna la otra noche, mientras las uvas se terminaban y los silencios molestos aparecían. Vamos a estar bien, de eso estoy seguro porque no creo poder soportar todo nuevamente, por eso no quiero que nadie se acerque a mí, tal vez por eso utilizo mi poker-face para quien no me conoce no pregunte y para quien sí, lo piense otra vez y crea que ésta es solo una fase.

Y ahora somos como dos extraños más que van quedándose detrás. ¿Eso somos, eso seremos? Será que nos faltó madurez o valentía. Madurez no implica ser una persona con más años de experiencia, sino alguien capaz de asumir las cosas en su momento, luchar por lo q se quiere, y no contentarse con saber o decir lo que se siente, sino asumirlo y demostrarlo. Y eso no va a pasar ¿verdad?

Yo sigo enamorado y tú sigues sin saber si lo has estado, y si te quise alguna vez. No sé que sientes por mí en este momento y tal vez no quiera escucharlo porque ayer fue amor (si ayer fue hace 2 semanas) y hoy puede ser algo totalmente distinto. ¿Necesitaremos tiempo? El tiempo es cuestión de tiempo, la vida es cuestión de vida, la vida dura un momento, el tiempo toda la vida.

Después nos hemos vuelto a ver alguna vez y siempre igual como dos extraños más que van quedándose detrás. Y esos seremos a partir de ahora, dos extraños más que dejaron que las cosas sucedan y que no hicieron nada. Absolutamente nada. Nos volveremos a ver por un pretexto tonto y nos sentaremos uno al lado del otro para conversar del clima o haremos muecas cuando suene el incomodo teléfono y tengamos que poner cara de circunstancia. Eso pasará si no nos alejamos en este momento, porque duele, aún duele.

Este extraño se ha entregado hasta ser como las palmas de tus manos y tú solo has actuado yo aún sabiendo que mentías me callè. Sé que sientes que has mentido y bueno no podría decirte si fue así o no, esa respuesta está en ti y no quiero saberla. Si el tiempo fue para alejarme o para acercarte más a, es una decisión meramente tuya, si miro mis manos cuando conversamos es porque están solas otra vez y no hay una pequeñita a su lado esta vez. Ya no las habrá.

Y me preguntas si te ame. Lo dijiste en afirmativo, me preguntaste que sentía y asentí contigo. ¿Era amor? ¿Lo fue?. Es la respuesta que estoy buscando o estoy buscando algo más en esta nueva vida que tengo.

Yo que lo había adivinado y tú sigues sin saber que se ha acabado por una vez escúchame. Y bueno no había que ser adivino, mago o tener algún talismán especial para saber que todo esto terminaría mal, que uno de los dos estaría más lastimado que los guerreros de 300 en aquella épica batalla al final de la película. Sabían que iban a perderla y sin embargo cargados de valor, afrontaron todo y cenaron en el infierno aquella noche, si ese infierno plagado de buenas intenciones del cual siempre comentamos. O comentábamos.

Y ese tú sigues sin saber que se ha acabado me lo escribo a mí mismo, porque tal vez por escucharte no podía oír a mi voz interior que decía que esto se había acabado y que tenía que dejarlo ir. Para siempre. Era yo y no tú quien tenía que decidir algo.

Solo me quede la última estrofa, la última nota, a la que no añadiré nada, porque es la más concreta, la más exacta, la frase resumen de esta nueva etapa de mi vida. Maldito Sanz, maldito, no tengo más que decir(te)… Mirándonos aquí diciendo adiós.

1 comentarios:

Xofia dijo...

Me hiciste llorar, me hiciste llorar!