jueves, abril 12, 2007

LA CULTURA DE LAS COLAS


Si leyó usted bien, la cultura de las colas. No, no se equivoque, aquí no encontrará ninguna promoción de bebida gaseosa, de esas que abundan sobretodo en verano, ferreterías o nos referimos a nuestras inefables vedettes o porristas de a diario, más bien el titulo nos remite a una problemática diaria, un mal tan común, una parte de nuestra vida y de nuestra peruanidad: tanto así que junto con nuestro ingenio criollo, el pagar con monedas falsas en la combi o los 10 solcitos para apoyar al policía en la caseta de la Av. España, convive con todo nacido en esta tierra del sol donde el indómito inca prefiriendo morir, legó a su raza la gran herencia de su valor: el dejar todo a última hora y por consiguiente, hacer “cola” .

Con un clima que oscila aun para estas fechas tanto o mas que el dólar en el Jirón Ocoñita y con las preocupaciones de siempre, llegamos a casa para tirarnos panza arriba en nuestro sofá preferido y ¡Oh sorpresa! Nos acordamos que es 31 y que y van a cerrar el banco, sudado a mares y emulando a Forest Gump hacemos nuestro mejor esfuerzo para ¨llegar a tiempo¨. ¿Lo lograremos? Felizmente no somos los únicos.

Ya de camino notamos a otros 10000 sudorosos que también, al igual que nosotros, quieren pagar pero ¡ya! Así formamos una gran y no tan secreta hermandad –al mas puro estilo de Pare de Sufrir hermano- la de los que dejamos todo a última hora. Los valores que hay en ti…son los valores del… peor.

Luz, agua, celular, cable, predios, documentos varios en el banco, y las ahora tan populares tarjetas de crédito. Parece que la mayor parte del tiempo hacemos colas. Conversamos con la señora de adelante para que no se olvide de nuestro sitio mientras consultamos que caja avanza más rápido o vamos a comprar un pasaje terrestre y allí esta: la bendita cola nuestra de cada día.

Más de una vez habremos coincidido con otros mortales a la hora de hacer nuestros pagos como si fuéramos hermanitos o compañeritos del colegio, aunque todos parecemos enemigos por los codazos, sacudidas, sacadas de lengua, pensamientos impuros, mentadas de madre mentales y miradas maliciosas que les lanzamos si osan colarse o dejar que alguien pase delante nuestro. Todos tenemos otra cosa que haces, todos estamos apurados y aún sabiendo que con empujar no ganamos nada, igual todos quieren llegar primero.

Y no es que estemos en contra del orden que las colas representan –porque representan orden ¿no?-, pero esto no depende de nosotros finalmente, porque no programamos nuestros pagos con antelación, porque no nos ordenamos, porque todos los bancos no tienen ese maquinita de los numeritos para sentarnos y pestañear un ratito siquiera. No tengo todas las respuestas a la mano. No podemos dejar para el 31 lo que podemos hacer el 18, o sea que cuando digo una cosa digo otra, porque es como todo y hay cosas que ni que, tengo o no tengo razón?

Este espectáculo de las colas no se vería tan a menudo de no ser por el voluntario olvido, llamado en el argot popular: por la ociosidad. Porque además de dejar todo para el final encima tenemos la ¨ostrés¨ -viene del molusco, busca en el diccionario de sinónimos- de colarnos, de avivar a los demás y hacer jugadas polémicas para meternos y no esperar como todos, un clásico es buscar al primo o a la ex que trabaja en caja, para jorobar la paciencia de los pobres que no conocen a nadie y siguen parados contando las moscas en el techo o hablando por enésima vez con la comadrita de junto, sobre el clima u otros temas de interés nacional.

El último día de todo queremos ser los primeros en estar allí y eso es desorden hasta cierto punto, quizás el día del juicio final llegaremos tarde, porque “teníamos que hacer”. ¿Cultura peruana? Tal vez sea la lamentable respuesta, pero no podemos seguir así, no podemos ser tan conformistas ante tal desorden, nuestro desorden para mayores rasgos. Debemos estar conscientes de nuestras obligaciones y del malestar que representa (para todos) el hecho de estar amontonados en un día soleado, junto a 23570 personas que como nosotros, no se acordaron de sus compromisos, pero si están al tanto del ultimo ampay de Magally o de la novela mañuca de las 8:00pm.

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