viernes, agosto 22, 2008

EL CLUB DE LA PELEA


Ya lo decía el sabio y a veces psicólogo de muchos, Alejandro Sanz, en su celebre canción: La Peleita: “Ay mira chiquita yo se que te gusta, cuando te pones brava, te gusta, chiquita, la peleíta, pero yo quiero saber de qué esta hecho tu corazón, yo quiero saber si esta dulce o amargo” y es que aún no conozco a pareja alguna que no se haya peleado. Que no haya escapado del bichito de hablar más fuerte que el otro e iniciar así un amigable intercambio de opiniones. Bueno, esto incluye gritos y demás, sazonado con mucho ajo y cebollas, creo que hasta en saludable podría convertirse esta experiencia de la vida.

“Cómo te lo puedo explicar, a veces siento, a veces canto, a veces duermo, pero a veces… muerdo”. No es siquiera mi caso -a pesar de mi ¨apacible¨ conducta, he de admitir que me he peleado más de una vez. Pero, si se analiza bien todo este asuntillo, una pelea o una discusión alturada (y no alterada) es siempre la mejor manera de manejar las diferencias de opinión que se dan entre esposos, enamorados, compañeros, novios, room-mates, amigos cariñosos, etc. Los temas más comunes que producen un pequeño conflicto o roce en la mayoría de las relaciones pueden ser:

· El administrar el dinero o la falta del mismo
· La vida social desmedida(el desenfreno, las parrandas, y demás roches)
· Los suegros de él o de ella (no es que no los quiera pero..)
· Alcohol o drogas (la gente no invita nada en estos días)
· El sexo (también la falta de)
· El tiempo individual vs. el compartido (tú nunca me entiendes ... Inmaduro!)
· Incapacidad para comunicar problemas (tú nunca me dices nada)
· Los celos (casi siempre, debí poner este tip en primer lugar)

Los principales pelos y señales de que una relación es saludable se limita simplemente a hablar, averiguar en qué se está equivocado y luego tomar una decisión conjunta sobre qué hacer. Conjunta, de 2, léase debe existir consenso. Lamentablemente muchas personas no aprenden/apredendemos éstas habilidades y se requiere de ayuda para aprender a tener peleas justas.

Si quiere prepararse para tener una pelea justa, a la luz de mi experiencia - vivida y fruto de muchos: amigo, si yo te contara- podría decir que, en primer lugar, debemos asegurarnos de saber y tratar el problema real (ninguno pasado, solamente se hablará del tema actual). Tal vez los gritos o contratiempos sobre un evento reciente, están cubriendo algo más grande del pasado. Tema que debió zanjarse en alguna oportunidad anterior, si no se hizo en su momento, ¡ya fue!

Luego, debemos preguntarnos, siempre antes de emitir el primer rugido, si el problema vale la pena. Si no es una tontería el tema en discusión. Asegúrese para ello, el escoger el momento. Como comente líneas arriba, en pareja es como se deciden las soluciones, no se queden en el problema. Dígale claramente a su compañero sobre qué tratará la pelea. Todo dialogo o discusión alturada, debe realizarse en pareja, no es un simple monólogo a lo Adal Ramones, así, podría enumerar algunas reglas efectivas para tener una pelea justa:

Lo principal: ¡No a la violencia física! Nada de mordidas ni puñetazos, ni aplicar los conocimientos de tae-bo adquiridos en previas sesiones, cada uno de los contendientes / participantes de este match debe escuchar lo que el otro lado tiene que decir, no interrumpirlo, que diga todo lo que tiene que decir, para asegurarse que cada uno ha entendido lo que el otro está diciendo.

Esto significa contacto visual (mírame a la cara, no a los costados, ni aproveches este tiempo para ver los mensajes en tu cell) este tiempo es importante para reconocer los sentimientos del otro, dar pie a la disculpa cuando es apropiado (no vale de nada el bendito orgullo) preguntarse si se está seguro de los sentimientos del otro.

Si el enojo se intensifica al tamaño de un Kamehameha de Gokú y su mancha, si las cosas se salen de control y la bomba va a estallar con sillas y platos, en la medida de lo posible tómese un tiempo fuera: camine o medite, relájese, haga yoga por una media hora, quizás una hora... pero no más de 24 horas. Declare un tiempo específico para resolver el problema. Si el enojo regresa cuando la discusión vuelve, use otro tiempo fuera.

Pero, sean específicos. Digan cuál es su problema y por qué le molesta (tanto). Después de que usted haya dicho e identificado el problema, su compañero dirá su punto de vista. Y Ud. ¡Escúchelo! No diga lo que usted cree que el otro está pensando, cada persona dirá lo que piensa. No valen las adivinanzas ni el ¨yo te conozco y se como eres¨

Mantengan siempre el respeto. No llame con otros nombres o acuse a su compañero de mentiroso o hable mal de su mamá o familia (eso no ayuda). El problema es de los 2, no hay que traer a colación a terceros. Evite las interpretaciones psicológicas de su compañero o compañera. Nada de Freuds en casa, para eso hay profesionales de confianza.

La pelea sólo habrá terminado cuando ambos compañeros aceptan un compromiso y alcanzan un mutuo acuerdo. Cada persona necesitará pensar sobre lo que aprendió de la pelea. Eso es lo más importante.

“Cuando hablas mucho, cuando calla, cuando ves solo mis fallas, cuando algo me pone celoso, te reclamo, soy odioso... cuando te presiono y te pido demasiado, porque te llame tantas veces y no me has contestado. Me das tus razones y me enfureces … Pero donde se ha visto un amor donde las peleas y los reclamos. Estén distantes del dolor cuando escondemos un te amo, si peleamos es porque nos amamos, y la reconciliación es más hermosa, pues vale la pena si lloramos”…

Esto último lo encontré en un foro sobre reconciliaciones y peleas, a modo de poesía, el poder de la palabra. Y es cierto, pues una relación no será verdaderamente ligada con lo íntimo en el real sentido de la palabra, si la otra persona –a quien llamaremos el agraviado- no sabe lo que está pensando en la cabecha del otro ¿no es verdad? Tampoco es cuestión de adivinar - para eso tenemos boca no solo para decir te amo- sino para comunicarle a esa persona amada, lo bueno, lo malo y lo feo del día a día, lo que estamos sintiendo. Esto significa tener diferencias de opinión y decirlas abiertamente, no sufrir en silencio. A veces lo que callamos, puede ser lo más importante.

2 comentarios:

Misstwenty dijo...

Sergioooo!!holaaaaaaa!!:D, jeje!!Me ha encantado tu post, y como siempre te digo que me encanta como escribes!!:D.
Tienes tooda la razón!!Las discusiones son necesarias (desconfía de las parejas que no discuten)..son buenas, se intercambian opiniones y hacen evolucionar, pero hay que saber discutir, escuchar y tolerar...
A mí me ha pasado discutiendo con mi ex, que siempre me intenta imponer su opinión... yo soy contraria a eso, me encanta conocer otras opiniones, y respetarlas... creo que hay que tener comunicación y entender la forma de pensar de la pareja, sin pretender cambiarla.
A veces las personas queremos cambiar a los demás a nuestro gusto... Eso es un error... la base del éxito de una pareja reside, pienso yo, en la aceptación de la otra forma de ser... en la tolerancia... solo así puede fructificar el amor.
¿Qué tal estas??Un besazoooooo!!

aunqueyonoescriba dijo...

jo! tienes razón pero es que yo cuando estoy enfadada me cuesta tanto hablar...

Además soy tan vehemente defendiendo lo que creo que muchas veces termina en discusión de pareja, mi pobre chico se cree que le estoy intentando convencer, o que le estoy diciendo que él está equivocado y soy yo quien tiene razón.