PARTIR DE CERO

Solía estar con alguien. Ya no. Leí estas palabras en un blog que sigo y me pareció un excelente resumen de cómo me siento el día de hoy. Y con ello no busco golpearme el pecho como pseudo-católico en domingo ya que al transmitir mi sentir a la versión papel, se me hace (nuevamente) un nudo en la garganta. Me enamore sin imaginar a donde me llevaría este sentimiento. Inicié así una relación años atrás. ¿Cuantos? No muchos. ¿Cuantos? 5 años. No son muchos en realidad, ya que para toda alma in-love; el tiempo corre de manera distinta. Durante este periplo estuvimos juntos y no nos separamos (o al menos no queríamos hacerlo)

Desde que nos conocimos, compartimos nuestro tiempo. Fuimos conociéndonos poco a poco. No quería equivocarme (otra vez) ni dejarme llevar por una pequeña ilusión. No se ama solo con el corazón, esa fue una lección grabada. Yo sé que uno decide a quién amar, eso lo tengo por seguro, más aún en este amargo momento.

Creo que la relación de amigos inicial se enriqueció con nuestro creciente amor y se convirtió en `algo mas` como aquella canción. A pesar de nuestros ataques de pánico e inseguridad por no querer salir; por no herir a nadie en el proceso, insistí e insistí como terco Virgo hasta que me aceptaste en tu vida, aún cuando sabia que el camino iniciado sería bastante difícil.

¿Cuál es la diferencia de ser novios o enamorados? La diferencia es que ser novios es ir hacia un futuro, pero juntos. Ese tipo de preguntas y respuestas, tiraban las dudas iniciales al tacho (o al menos eso pensaba). Se me llenaron los ojos de lágrimas más de una vez y más de una vez sonreí como nunca antes. Hace mucho que no lloraba de alegría. Hace mucho que te amo pero no sabia como decírtelo. ¿Y ahora que hacemos? Ahora vamos a ser felices (pensé).

¿Cómo sería?, ¿cómo sería ese futuro y porque pensar en él ahora? La estaba alejando de mí sin quererlo al proponerle una relación larga con planes, nombres de futuros hijos y casas en la playa más lejana. ¿Es el compromiso el talón de Aquiles de mi relación? ¿En vez de ofrecer películas y canchita los domingos debí ofrecer una juerga sin fin en la discoteca de moda o debí respetar sus temores y darle el ansiado tiempo pero alejada de mi `aparente` seguridad implacable?

No voy a negar que, como todas las parejas del mundo, discutimos. El llevarnos 9 años influía en diferentes matices de nuestra vida. No salgo mucho y ella, siempre. Los amigos son distintos y nuestros grupos no se conectan del todo. Si a esto sumamos que ella adora viajar y trabajar fuera por temporadas (veranos y años en el peor de los casos) tenemos que nuestra relación es en muchos casos: única y diferente.

Tampoco hay que ser un genio para saber cuando ceder si queremos perseverar al lado del ser amado. Yo acepté que no éramos 100% x 100% compatibles como la canción de Miguel Ríos: yo era (o soy) un tanto retraído, renegón, depresivo, bastante nervioso y con una visión pesimista de la vida en general. Tú: impulsiva, apasionada, celosa y muchas veces, intransigente. Pero siempre encontramos el camino de regreso a nosotros, a lo que éramos y en lo que nos estábamos convirtiendo. En una pareja con todas sus letras en mayúsculas.

Y aunque con los horarios de cabeza por nuestras actividades diarias, nos las arreglamos para no perder contacto: Entre clases y trabajos, siempre encontrábamos el modo. Siempre. Nos escribíamos, llamábamos, chateábamos y buscábamos; pero eso si; los domingos eran nuestros por la justicia y causa que Dios defiende. Por decreto supremo mutuo el domingo era el día intocable donde hacíamos de todo un poco: querernos, consentirnos, abrazarnos, cocinar, almorzar, ver una película, conversar, salir a pasear, hacer el crucigrama del diario y dormir (siempre dormir).

Antes de aquellos largos viajes de verano que la apasionaban, me preguntaba que quería que me trajera como recuerdo. ¿Yo? Siempre decía lo mismo: ya me has dado el mejor regalo en la vida: Tú. Y siempre terminaba esa frase con un sonoro `te amo’. Uno de corazón.

Ahora, (d) años después, me dijo lo que ninguna mujer u hombre enamorado quiere escuchar: ‘Ya no quiero estar contigo, creo que necesito mi espacio’. Y bueno, luego de escuchar en mi mente una gran explosión, pensé que estaba bromeando. Tarde entendí que la decisión ya estaba tomada. Quizá no lo ví venir o no pude entender las señales y opte por simplemente dejar mis lentes a un lado de la cama y no ver más allá.

Me dijo, en resumen, que simplemente prefería estar sola a estar con alguien, que quería tiempo para estar consigo misma, que la daba miedo dejar algunas cosas de ‘su vida’ y creo que ese miedo al compromiso me contagió de alguna manera: subió por mi sistema y se hizo parte de mi ADN. Asentí con la cabeza a pesar que mi corazón se estaba encarrujando dentro de mi pecho. Asentí y no deje salir a aquella lágrima delatora que gritaba en silencio. ¿Cómo me siento ahora? Creo que lo que estoy escribiendo, es la mejor respuesta de todas.

Se que muchas veces exploto, que soy bastante irritable y que no debí actuar algunas veces como un energúmeno. Pero lo hice, simplemente lo hice. Tampoco escribo con despecho o con algún sentimiento exaltado, por eso tardé en hacerlo y por eso no comente con nadie lo que me sucede ahora, pero ya me canse de esperar la señal cuando tengo la respuesta al alcance de la mano: ella no va a llamar.

¿Recuerdas cómo iba nuestra canción? Si, yo también. Siempre pensé que eso de darle tiempo a alguien era una manera elegante de terminar. Una manera de que el tiempo haga el trabajo mas fácil; pero ahora se que el tiempo es el tirano mayor. Las manecillas no avanzan, lo que pasa a tu alrededor no importa, tu trabajo fastidia mas de lo habitual y estas como en un limbo o en una Zona Fantasma; imaginando las respuestas a pesar que tienes la más negativa de aquellas en mente.

No estamos juntos por las cosas que tenemos en común, creo que nos unen (o unían) muchas cosas diferentes y en todo caso esas diferencias nos han mantenido en pie a pesar de todos los avatares, miedos y de nosotros mismos. Seria fácil mentirte y decir que todo va a estar bien cuando tú sabes que no lo será. Que trataré de borrarte de mi entorno virtual cuando sea un tanto más difícil sacarte del aspecto más importante: mi entorno personal.

Entonces creo que es hora de decirle adiós a mirarte y enamorarme cada día mas de tus ojos, a los fines de semana tirados en el sofá, abrazando y peleando por una sola almohada, a tocar tus pies atrapados medias tan pequeñas que eran blanco de mis bromas. Adiós a los almuerzos a medio cocer, las caminatas al mall preferido en busca del descuento que viste en el escaparate ¡y que te queda tan bien! Adiós a todo lo que soñé, soñaste y soñamos juntos. Adiós para siempre a todo ello (otra vez).

Sigo mirando mi bandeja de entrada, revisando mi celular, esperando a que aparezcas y toques mi puerta para decirme que todo va a estar bien, que me abraces y me propongas seguir adelante porque sabes que todo lo nuestro vale la pena y que podemos hacerlo juntos. ¿Lo harás algún día? Creo que nunca lo sabré.

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